Aaron Ciechanover (Haifa, Israel, 1947) estudió medicina por ser una profesión con futuro y le fascina la posibilidad de poder curar enfermedades. La medicina era demasiado descriptiva y decidió probar con la investigación básica, por curiosidad. En una época en la que la comunidad científica estaba preocupada por descubrir cómo se construían las moléculas de la vida, él, junto a Abraham Hershko, decidió embarcarse en la aventura de descubrir cómo se destruían las proteínas.
Años después de caracterizar la degradación de proteínas, que le llevaría a recibir el premio Nobel, este ha acabado explicando un amplio abanico de enfermedades, desde diversos tipos de cáncer a patologías neurodegenerativas como el párkinson. El conocimiento de cómo se regula el sistema del proteasoma, la trituradora celular de proteínas, está permitiendo obtener fármacos específicos que hoy se prueban en ensayos clínicos contra el mieloma, la leucemia crónica, el cáncer de próstata o el de páncreas. Ciechanover participó recientemente en el encuentro anual de premios Nobel en Lindau (Alemania).
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